jueves, 18 de octubre de 2012

Amante

Oh, cómo he odiado esta palabra. Suena pretenciosa, como si fuera siempre una traducción del francés. Con ese matiz ilícito, de afectos ilegítimos. Su significado concreto es: persona que mantiene una relación amorosa. Algo transitorio. Falto de compromiso. Inextricablemente unido al sexo.
       Nunca he querido amantes. Para cambiar de opinión, debo remontarme a las raíces de la palabra. Porque, aunque nunca he querido amantes, siempre he querido amar y ser amado.
       No hay palabra que designe a quien recibe el amor. Solo la hay para quien lo da. Se asume que los amantes van en pareja.
       Cuando digo: sé mi amante, no quiero decir: tengamos un lío. No quiero decir: acuéstate conmigo. No quiero decir: sé mi secreto.
       Quiero volver a la raíz de esa palabra.
       Quiero que seas tú quien me ame.
       Quiero ser yo quien te ame.

No hay comentarios:

Publicar un comentario